Utilizado desde la época de los Incas en rituales para limpiar el ambiente y también como forma de perfumar un lugar, el Palo Santo, in natura, es considerado purificante y tonificante. El humo que sale de la leña, al quemarse, favorece la purificación energética, activando una sensación de alegría.
La aromaterapia considera al Palo Santo como un aceite que promueve no solo la limpieza espiritual sino también la limpieza física, recomendado para procesos de desintoxicación. Pero, también indicado en casos de torsiones. Para entender los beneficios del Palo Santo, necesitamos entender su composición. La madera tiene tres sustancias principales: limoneno, terpineol y mentofurano. El limoneno está presente en casi el 63% de la madera y el aceite esencial, siendo el responsable de características como la creatividad y combatir la ansiedad. El terpineol es bactericida, fungicida y tónico e imparte equilibrio y aumenta la inmunidad. Menthofuran, por otro lado, es antiviral y anticongestivo, y también fomenta una mayor reflexividad para quienes lo usan. Con todos estos beneficios, el Palo Santo, in natura, pasó a ser conocido como “Árbol Sagrado”. Es muy recomendable para aportar ligereza a ambientes y personas y para quienes deseen entrar en estados meditativos con mayor facilidad.
Modo de empleo: encender siempre un solo lado de la madera hasta que se forme una llama. Utilice una vela o una fuente de fuego continua como la estufa, ya que puede tardar un poco en encenderse. Para apagarlo y dejar sólo la brasa, agitar ligeramente la varilla de madera y dejar que fluya el humo.
Importante: Palo Santo in natura no se quema continuamente. Es necesario volver a encenderlo si se apaga. Después de borrar, también puede guardarlo para usarlo en otro momento.
Precauciones: manténgalo fuera del alcance de niños y animales, nunca deje el carbón encendido sin vigilancia y guárdelo en un lugar seco, ventilado y protegido de la luz.